lunes, 27 de noviembre de 2006

Los tiempos cambian

Esta no es la piscina del club, sino la de casa. Construida hace unos años, se ha convertido en un lugar sagrado y recurrente de las mañanas y tardes veraniegas en el Reajo madrileño.

Sin embargo, nuestra piscina siempre fue la del club. El Montenis cerró en 1997, pero a todos nos dejó el recuerdo de sus instalaciones, que dieron pie a tan buenos ratos. Las tres pistas de tenis, el bar con sus recreativas, la mini discoteca, los columpios (con las celebérrimas "Bolas"), la gran jaula para las palomas, las decadentes pistas de baloncesto y voleibol...

Pero, sin duda, la mayoría de vivencias se reunían en torno a la piscina grande. La pequeña, más abajo, ya estaba en desuso.

La grande fue diseñada con una forma trapezoidal difícil de definir. Tenía un tobogán azul, al qe había que salpicar agua encima para no quemarse al dejarse caer, y un total de 4 escaleras para acceder al mundo seco desde las profundidades acuáticas.

Obvia decir que allí pasamos muchos buenos ratos, divirtiéndonos como haría cualquier bañista, y evitando a las incómodas avispas que, de vez en cuando, hacía diana sobre nosotros.

Aquello se perdió. Primero porque cerraron Montenis, más tarde por el incendio.

Pero eso es otra historia.

domingo, 26 de noviembre de 2006

Bienvenida


Un saludo a todos los lectores.

Acabáis de entrar en un blog sobre un pequeño lugar de la sierra de Madrid, en el que muchas experiencias se viven a diario. Pero son muchas más las que se vivían años atrás.

Reajo está encuadrado en el municipio de Collado Mediano, entre Navacerrada y Becerril de la Sierra. En este enclave verde y próspero se sitúan numerosos chalets poblados por gente muy variopinta. Un lugar donde el monte y los terrenos boscosos han ido sucumbiendo con el tiempo ante el progreso en forma de vivienda, que ocupan en su mayoría matrimonios jóvenes con niños recién nacidos.

La esencia de Reajo sigue intacta, pero sus historias son otras ya. Los habitantes más veteranos ya no suben; ya no hay vida allí, sino esporádicas visitas en busca de reposo y retiro.

Trataremos de acercaros una visión particular sobre este sitio no demasiado lejano, que supone una fuente de vivencias para todos aquellos que nos hemos criado a los pies de Reajo, enfrente del pantano de Navacerrada.